Adoquín, escalón, cuesta, exhalación violenta, pero llego hasta el camino de la ría y camino ya más relajada mientras el sol me calienta la nuca descubierta en una coleta.
En la mano un cesto de paja con asas y tapas, del que sobresalen el pan, unas cuantas uvas y la cola de un fresco bacalao...
Un cruce de miradas bajo un saludo de sombrero
La terraza de un café, las sillas de metal se tambalean sobre el desigual asfalto...
La muerte de Artemio Cruz sobre la mesa
Mi cigarro se consume en el cenicero frente al café humeante, los humos se anudan...
Y todos los humos, el humo.
Shanghai A la vista
Hace 5 años
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