sábado, 13 de septiembre de 2008

Brunilda

Hay días en los que se me envalentona el alma,
de repente se vuelve una carga que no puedo portar.
que se ensancha, se ensancha y ya no me cabe en la cajita de los pendientes,
que se expande, se expande y no entra en la maleta de ruedas,
que se propaga, se propaga y ya no la abarca el cuerpo.
Te la dejo para que me la cuides, para que la metas debajo de la almohada hasta que dejes de tener los pies mojados...

1 comentario:

Anónimo dijo...

un poco de calor y ternura consuela de todo